No son tan rápidas y automáticas como las emociones elementales ni
están asociadas universalmente a una única expresión facial. El amor puede servir
como ejemplo, la culpabilidad, la vergüenza,
el desconcierto, el orgullo, la envidia y los celos. Todas ellas son esencialmente sociales de
un modo en que no lo son las emociones elementales. Uno puede sentir miedo o asco
ante objetos inanimados y ante animales no humanos, pero la existencia del amor y del
sentimiento de culpa requiere de otras personas.
El desarrollo emocional repercute en todos los ámbitos de la vida: familiar, académico, laboral y social, con toda la riqueza y complejidad del nivel emocional de cada personas: las acciones operan de forma entrelazada en la conciencia cognitiva, afectiva y conductual.
miércoles, 28 de septiembre de 2016
Emociones básicas.
Entre ellas se encuentra la alegría, la aflicción, la ira, el miedo,
la sorpresa y la repugnancia. No existe cultura alguna de la que estén ausentes
estas emociones. Además, no son aprendidas sino que forman parte de la
configuración del cerebro humano.
El afecto.
Es un proceso de interacción social entre dos o más
personas.
Dar afecto implica realizar un trabajo no remunerado en beneficio de los
demás: hacer un regalo, visitar a un enfermo, explicar un concepto o una idea a un
compañero de curso, demandan un esfuerzo: el afecto es algo que se transfiere. Por eso
se dice que las personas dan afecto y reciben afecto.
¡Sentimientos!
Son la expresión mental de las emociones; es
decir, se habla de sentimientos cuando la emoción es codificada en el cerebro y la
persona es capaz de identificar la emoción específica que experimenta: alegría, pena,
rabia, soledad, tristeza, vergüenza, etc.
¿Qué es EMOCIÓN?
Esta palabra se aplica para describir todo estado,
movimiento o condición por el cual el hombre advierte el valor o importancia que una
situación determinada tiene para su vida, sus necesidades o sus intereses.
Reacción inmediata del ser vivo a una situación que le es favorable o desfavorable, resumida en la tonalidad sentimental, placentera o dolorosa, la cual basta para poner en alarma al ser vivo y disponerlo para afrontar la situación con los medios a su alcance.
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